Hinojal en 1753



            En el libro “El condado de Alba de Aliste en Garrovillas de Alconétar”, de Santiago Molano Caballero, editado en 2017 por la Asociación Cultural Alconétar, se cuenta la historia de los condes de Alba de Aliste en este feudo de Garrovillas y sus tres lugares: Cañaveral de las Limas, Hinojal y Santiago del Campo.





            En las actas que toma Juan Francisco de Romero, representante del conde, en el año 1753, se cuentan varias cosas de Garrovillas y de sus pueblos sufragáneos, entresacado del libro del sacerdote redentorista y doctor en Historia, Manuel Gómez Ríos “Alba de Aliste 1190 -1564 el castillo, el señorío y el condado”. Istituto Storico, Roma, 1997. Era por entonces el Conde de Alba de Aliste Francisco de Alfonso Pimentel Vigil de Quiñones y ostentaba el título desde 1743 a 1763 como XIV Conde de Alba de Aliste.



            Lo que cuenta Juan Francisco de Romero en esas actas se resume en lo siguiente para conocer cómo era el Hinojal de mediados del siglo XVIII: Las tierras que tenía el conde de Alba de Aliste en esta zona de Extremadura, pues ellos procedían de la ciudad de Zamora, eran además de la villa de Garrovillas de Alconétar los lugares de Cañaveral, Santiago de Campo en Hinojal, junto a los ríos Tajo, Guadancil y Almonte, así como las dehesas de Monroel, Cabezón, Prescribán, Prescribanillo, Casasola, Los Pozos y Guadancil.



            El día que se firman las actas por parte del señor de Romero “entregaron y pusieron en sus manos (el alcalde mayor y ordinarios) los dichos señores alcaldes las varas de justicia, mudándose, el señor de Romero al asiento preeminente y tomó posesión de los cargos de alcalde mayor y de los ordinarios, proponiendo en dicha villa de Garrovillas de Alconétar, las cosas útiles y convenientes al común de ella y sus vecinos, la qual dicha posesión se lo dio de lo zivil y criminal y executivo.



            Este señor mandaba sobre todo lo que había en los pueblos: En la jurisdicción civil y criminal “fueros, pedido y yantar”, el nombramiento de corregidores, alcaldes, regidores, mayordomo y Procurador General, oficios de escribanía, escribanías de rentas. alguacil mayor y ordinarios y alguacil del campo, así como todos los patronatos de conventos e iglesias de la villa y de la tierra, con los diezmos completos de las mismas, ya que el Conde tomaba la cuentas a sus oficiales eclesiásticos y disponían de las rentas y bienes en cosas útiles para los templos sin admitir intromisión del obispo de Coria.



            En cuanto a los impuestos de las alcabalas (el tributo que se pagaba al fisco en un porcentaje de las cosas de compraventa), las tercias y el diezmo eran las de los vecinos del propio Garrovillas y de sus tres lugares de jurisdicción, además de la renta de la venta y la barca del Alconétar, que la familia de Alba y Aliste la tuvo hasta primeros del siglo XIX, y también la renta y derecho del ganado de paso de la barca de Lluria, así como el derecho de martiniegas (un impuesto muy antiguo que en tierras de Castilla y Extremadura se pagaba por San Martín, el 9 de noviembre), y la renta del diezmo de borregos, cabritos, cerdos, becerros de la villa y de estos tres pueblos o lugares, que era como se les denominaban en las actas. También se abonaban los diezmos de enjambres, miel, y cera, de zumaque, seda, y solo de las uvas de Cañaveral, porque en los demás sitios no había.



            Como el Conde era el patrono de todas las parroquias, cofradías, obras pías y oficios de la iglesia, elegía y removía de sus cargos a los párrocos, pero también le correspondía reparar los templos y pagar a los eclesiásticos que hacían sus labores. De ahí que la Chancillería de Valladolid informara que los curas de Santiago, Cañaveral e Hinojal cobraran en esa época 38.000 monedas de la época; los sacristanes de los tres lugares, 3.000 y el organista de San Pedro de Garrovillas, 8.000. La moneda de España en tiempos del rey Fernando VI “El Prudente”, quien se casó en la catedral de Badajoz con Bárbara de Braganza, eran los reales. 






            En la foto, una moneda de cinco reales de 1753, de la ceca de México, que hoy cuesta, como mínimo, 260 euros.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Un suceso que marca la historia de Hinojal

Bandoleros en Hinojal en 1837

Esther Cabezalí, una maestra de Hinojal