Los retablos de Hinojal
Siempre me ha llamado la atención los dos retablos
laterales de la iglesia de Hinojal: Buscando días pasados diversos temas de la
asociación “Hispania Nostra”, la asociación que cuida los monumentos de España
y los defiende de la destrucción, a la que pertenezco hace más de 25 años, vi
que entre los monumentos que habían salido de la lista roja de edificios
artísticos se encontraba ya la ermita de San Berto. De este tema hablaremos
otro día.
Pues bien, rebuscando, me encuentro con algo muy
interesante para mí: Un estudio de los dos retablos con pintura al falso fresco
que se encuentran en el templo parroquial de Hinojal, uno en la pared de la Epístola,
con un Cristo con la Cruz a Cuesta y otro en el lado del Evangelio, con una
imagen de la Dolorosa.
Este trabajo lo ha publicado Samuel Rodríguez, un cacereño
titulado en Turismo, pero amante de la arqueología y de las bellas artes, que
trabaja en Badajoz y del que tomo los siguientes datos, así como las
fotografías, aunque con el tiempo hare las mías cuando vuelva por mi pueblo
natal. Ha publicado el libro “Templos romanos en Extremadura”.
El edificio del templo parroquial de Nuestra Señora de la
Asunción de Hinojal se construyó entre los siglos XV y XVI, aunque fue
reformado en los primeros años de la segunda década del siglo XX, concretamente
en 1928, y entonces los oficios religiosos se trasladaron a la entonces ermita
de San Juan en la Plaza de don Pedro Rivas.
Escribe Samuel Rodríguez: “hay decorados
con pinturas ejecutados al falso fresco que, si bien apenas se conservan en el
altar segundo, (el del Nazareno) adivinándose entre los vestigios una
estigmatización de San Francisco, ofrecen en el espacio mariano una simbiosis
iconográfica donde las representaciones religiosas del Padre Eterno y de
algunas de las virtudes cristianas se conjugan angelotes con híbridos seres
mitológicos rescatados de la tradición artística más clásica, comunión temática
donde lo profano sirve a lo teológico siguiendo el gusto renacentista bajo el
que se ejecutaron las obras”.
El autor describe muy bien los elementos principales de
cada altar. En el de la Virgen Dolorosa “un Padre Eterno que aparece entre
cornisas ocupado por una seriada colección de angelotes (a los que también llama
putis), acompañados de aves, frutas y otros elementos decorativos que recuerdan
la idea ornamental y compositiva del más escenográfico de los estilos de la
pintura romana, conocido como cuarto estilo pompeyano, rescatándose el espíritu
clasicista , no sin dejar de figurar con la función religiosa reinante, observándose
unas cuentas de collar que pudieran hacer referencia al rosario cristiano”.
El otro altar, el del Nazareno, tiene desfiguradas y
tapadas muchas pinturas En este retablo se ve una estigmatización de San
Francisco procedente de un Cristo crucificado situado en la parte derecha. Detrás
de la figura del santo fraile aparecen un par de peregrinos acompañados de un jumento,
referencia a la proximidad de Hinojal al camino mozárabe hacia Santiago de
Compostela.
Imágenes de la capilla del Palacio de Carvajal
Este
estudioso opina que las pinturas que hay en estos dos retablos pueden haber
sido ejecutadas por pintores que hubieran trabajado en las pinturas de la
capilla situada en los bajos de la torre del Palacio de Carvajal, en Cáceres, que son visitables, y
también las que se encuentran en el antiguo edificio de las Casas Consistoriales
de Trujillo, situadas en un lateral de la Plaza Mayor de esta ciudad, como se
muestra en las fotografías. Este tema lo estudió don Juan Tena Fernández en su
obra “Trujillo histórico y monumental”.
Palacio de Carvajal en la ciudad antigua de Cáceres
Maravilloso trabajo para que podamos valorar mucho más la Iglesia de Hinojal
ResponderEliminarEso es. Tenemos que valorar lo que tenemos, difundirlo, darlo a conocer y también colaborar en su restauración. Un cordial saludo, Francisco Rivero.
EliminarMuy lindo! Arte puro!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarMe ha gustado mucho todo lo comentado sobre los retablos de la Dolorosa y el Nazareno, y con tu permiso voy a escribir un poquito sobre el de la virgen del Carmen y el de la Inmaculada, estos eran de madera y parece ser que se quemaron como consecuencia de las velas que se dejaban encendidas para alumbrar a las imágenes. En el año 1928, cuando se restauró la iglesia, se hicieron nuevos por los carpinteros de Hinojal; Francisco y Manuel García, Pedro y Andrés Notario, y José Cambero.
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