Un hinojaliego en Filipinas (I)
Deogracias
González Hurtado nació en Hinojal en el mes de abril de 1874; fue un mozo muy
inquieto, por eso pidió a sus padres salir del pueblo de Hinojal. Dejó a su
padre al frente de la fragua de la Laguna y se fue a trabajar a Béjar para
aprender el oficio de comerciante. A los 20 años, en 1894, dejo el pueblo
salmantino cuando fue llamado a filas en Cáceres. Llego a sargento del
ejército, fue a Filipinas y hoy su historia aparece en un libro escrito por
Julián Chaves Palacio, cuñado de una de sus nietas, Gloria González. El libro
lleva por título “La pérdida de Filipinas
narrada por un soldado extremeño (1896 – 1899)”. Son las memorias del
sargento Deogracias González.
El
libro está publicado por la Editora Regional Extremeña de la Junta de
Extremadura en 1998.La introducción histórica y el análisis crítico corren a
cargo de Julián Chaves. Yo había oído hablar de este señor a mi madre quien me
dijo que su madre (mi abuela Alfonsa Flores Vega), había sido amiga de sus
hijas.
Vayamos
por partes. En este primer artículo se hablará de la vida de Deogracias en
relación a Hinojal y también a Santiago del Campo. En un segundo trabajo será
el tema el del larguísimo viaje que realizó hasta la otra parte del mundo: Las
islas Filipinas.
Estos
datos están sacados del libro y también de la conversación telefónica que mantuve
con Gloria, la nieta de Deogracias, quien le preguntó cosas a su padre, Andrés
González Gutiérrez, de 98 años y que aún mantiene muchos recuerdos de la vida
de las actividades militares del abuelo, incluso de mi familia más directa.
El 6
de marzo de 1894, Deogracias entro en la Caja de Reclutas de Cáceres. Cinco
días más tarde se incorporó al Regimiento de Extremadura número 15, en Málaga.
En noviembre de ese año fue ascendido a cabo por el coronel del Regimiento y
ese mismo día, fue destacado al Castillo de Gibralfaro, en la misma zona donde
hoy se halla el Parador de Turismo. Dos años más arde, em 1896 es ascendido a
sargento. En octubre de ese año sale para Barcelona, se embarca su regimiento
en el buque Covadonga y tras casi un mes de travesía lega a Manila, la capital
de Filipinas, en cuyo archipiélago está hasta 1899.
Escribe Julián Chaves que “tras volver a España
en enero de 1900 se dirigió a su pueblo natal, el municipio cacereño de
Hinojal. Al encontrarse huérfano, pues su madre había fallecido cuando era un
niño y su padre en la primavera de 1898, fue acogido por sus hermanas (Felisa y
Adriana), que le dedicaron una especial atención dada su extrema debilidad que
les hizo temer por su vida”.
De
las dos hermanas, Felisa vivió en Cáceres y Adriana salió hacia Francia, pero
no pudo volver al comenzar la guerra civil española. Deogracias tenía que
ganarse la vida, por eso se trasladó al vecino Santiago del Campo, donde entró
a trabajar en el comercio de Antonio Hurtado y al morir este se quedó con su
empresa, se casó con su viuda en 1903 y tuvieron una hija: Matilde.
Ya no
dejó prácticamente Santiago. Se casó de nuevo con Rufina Gutiérrez Cerro, en
1906, con la que tuvo tres hijos: Julia, Juan y Andrés González Gutiérrez. Este
último aún vive. Deogracias trabajó siempre en el comercio, trayendo a Santiago
abonos para el campo, también fue corredor de seguros, representante de la
banca, llevaba el estanco y administraba algunas fincas. En los años 30 del
siglo pasado se encargó de la administración de “Culto y Clero en Santiago del
Campo.
En
diciembre de 1935 enfermó de estómago, donde se le diagnosticó un cáncer y falleció
el 8 de febrero de 1936, cuando aún le faltaban dos meses para cumplir los 62
años. Todo un personaje que bien merecería ser nombrado hijo ilustre del pueblo
de Hinojal.
Muy interesante la Historia.
ResponderEliminarQué gusto que nos des a conocer tantas historias y anécdotas relacionadas con el pueblo de Hinojal y sus gentes. Siempre son muy interesantes.
ResponderEliminarGracias por compartir, Francisco.
🥀
Me encanta todo lo que pones ,toda las historias de personas de Hinojal ,es todo muy interesante,saber las historias de cada uno, . Muchas gracias Francisco
ResponderEliminarAsi es. Gracias frsncisco...
EliminarMuchas gracias a la niña de los volantes y a dos desconocidos. Seguiremos en la brecha.
ResponderEliminarEres un crac. Gracias. Por la hisroria. Del abuelo. Hinojsliego. Abuelo de mi marido. Fernando. Gracias francisco....
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