Rocha Pizarro, en Guadamur (Toledo)

 



 

            Guadamur es un pueblo situado a pocos kilómetros al suroeste de Toledo capital donde un día a finales del mes de junio de 1934 acudió nuestro biografiado, Feliciano Rocha Pizarro, en calidad de obispo auxiliar de la archidiócesis de Toledo, la diócesis primada de España, para presidir la creación de la Acción Católica local.

 

            Lo que vamos a contar se refleja en toda una página a través de una crónica publicada en el periódico “El Castellano” del domingo 1 de julio de 1934, por el corresponsal en la localidad toledana, titulada: “La Santa Misión y bendición de la bandera y Centro de la Juventud Católica por el señor obispo-vicario”, no en balde don Feliciano fue consagrado obispo auxiliar de Toledo el 17 de marzo de 1929 por el nuncio de Su Santidad en España, monseñor Federico Tedeschini, quien fue fundador de la Acción Católica Española. Asistían al nuncio en la ceremonia los obispos de Plasencia y Coria. Fue obispo auxiliar hasta el 18 de enero de 1935 en que fue nombrado obispo de Plasencia.

 




            El acto de la bendición de la bandera había tenido lugar el domingo anterior. Y tomamos de la crónica este extracto referente al acto del obispo: “Doscientos jóvenes de Acción Católica acompañados de varios compañeros de Toledo, que hicieron el viaje a pie, formaban en el centro de la iglesia en dos filas. A la terminación de la santa misa, el padre Eliseo bendijo y colocó solemnemente la Cruz recuerdo de la misión.

 

            A las seis de la tarde llegó su ilustrísima el señor obispo auxiliar acompañado de sus familiares, también llegó la excelentísima señora marquesa de Argüeso que impuso unas medallitas a los niños, donadas por ella, acompañada de los marqueses de Montalvo.

 

            En el pueblo se encontraban por haber llegado por la mañana don Matías Heredero, párroco de Noblejas, el señor cura de Casasbaenas, los hermanos del padre misionero, el director de Pedagogía, don Juan Díaz, una Comisión del Colegio de Doncellas, Presidente de la Unión de Padres de Familia y su consiliario, Juventud de Sonseca con su consiliario, y la Juventud de Toledo.

 

            Una vez en la iglesia, el Sr. obispo bendijo la bandera de la Juventud e impuso las insignias. Fue madrina la señorita Olmedo Ladreda, que además fue donante y directora del artístico bordado con que fue confeccionada; seguidamente su ilustrísima pronunció una elocuente alocución. Terminado el acto se trasladó la Virgen de la Natividad a su ermita… ¡Espectáculo grandioso, imposible de describir el de esta procesión! Como en su día; más que en su día. Presidía el señor obispo, a quien acompañaban todos los señores sacerdotes, ya nombrados, y los diputados por Madrid y Toledo, señores Hueso, Mayalde y Madero, que circunstancialmente se encontraban en ésta. Daban guardia de honor las Juventudes de Toledo, Sonseca y Guadamur, con sus respectivas banderas”.

 

            La Patrona recorrió triunfante las principales calles y a la llegada a su ermita y en toda la carrera vítores, entusiasmo y emoción… La Virgen de la Natividad siempre será, a pesar de todo, el consuelo y el amor de los guadamurenses”.

 

            La fundación de la Acción Católica en Guadamur concluyó con un fin de fiesta en el Centro de Juventudes que fue inaugurado y bendecido por el obispo.


    Los diputados asistentes fueron: José María Hueso Ballester, natural de Buñuel (Valencia), que era diputado por Acción Popular (de 1933 a 1935), el partido católico que fundó Ángel Herrera Oria, el periodista director de “El Debate” y que con el tiempo fue cardenal y obispo de Málaga. Herrera Oria también fue presidente de Acción Católica.


    Los diputados por Toledo eran José Finat y Escrivá de Romaní, Conde de Mayalde y Jesús Salvador Madero Ortiz Cicuendez. El primero, de profesión abogado, era de Acción Popular y el segundo del centrista Partido Agrario Español y ejercía de médico. Los tres estuvieron en la misma legislatura de 1933 a 1935.

 


            Leo en Wikipedia sobre este pueblo de Guadamur que “la iglesia parroquial y las ermitas de la Natividad y San Antón se convirtieron en graneros-almacenes. El castillo sufrió el saqueo de varias estancias, entre ellas la biblioteca. El Consejo Municipal, como tantos otros pueblos de la España republicana, emitió moneda propia”. Ya escribí en su día que Rocha Pizarro se libró de ser asesinado, como otros curas u obispos durante la guerra civil por haber sido nombrado obispo de Plasencia en 1935.

Rocha Pizarro no fue asesinado (noticiasdehinojal.blogspot.com)

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