El camino de Hinojal a Santiago del Campo
El 10 de septiembre de 1929 (hace
hoy 92 años) el ingeniero Manuel Macarrón firmaba en Cáceres el proyecto del
nuevo camino desde Hinojal a Santiago del Campo. En la documentación hay un
amplio plano del camino a escala 1/5.000, con documentación muy profesional de
los datos del plano, además de una extensa memoria de la que entresacamos los
datos que aportamos.
Uno recuerda de niño el camino que
el autobús de la empresa Blanco hacía desde Hinojal, que paraba en la zona del
Calvario, hasta Cáceres, donde finalizaba su trayecto en las cercanías de la
Plaza de Toros, tras pasar por Santiago del Campo, y procedente de Monroy y
Talaván. El camino provincial estaba sin asfaltar y con piedrecitas blancas, lo
que llenaba de polvo a cualquiera que se acercara al autocar de pasajeros, por
supuesto sin aire acondicionado, solo unas cortinillas para refugiarse del
radiante sol extremeño. Claro que ahora pasa la autovía A-66 que cruza de norte
a sur la Península Ibérica y cuyo tramo al comienzo de las obras estuvieron en
Hinojal, en el tramo que une el pueblo con la Nacional 630, por el
vicepresidente del Gobierno y ministro de Fomento Francisco Álvarez - Cascos y
el presidente de la Junta de Extremadura Juan Carlos Rodríguez Ibarra.
Ahora vamos a desmenuzar las
características de este camino. En la memoria, escrita a máquina en 13 folios
con tinta azul. se dice que “con este
camino se consigue sacar de su aislamiento al pueblo de Hinojal que no cuenta
en la actualidad con más vías de comunicación que dos caminos viejos que le
enlazan respectivamente con Santiago del Campo y con la carretera de Cáceres a
Torrejón el Rubio” y que en aquellos años de finales de los “felices” 20 se
encontraban intransitables la mayor parte del año.
Con la vía que se proyectaba quedaba
unido Hinojal con el camino que venía de Cáceres a Torrejón el Rubio y que
cuando yo era chico paraba allí la empresa de autobuses Blanco.
Y sigue la memoria: El origen del camino está a la salida del
pueblo de Hinojal, utilizando una de las callejas acceso a él en más de un
kilómetro, y sigue la traza del camino viejo en casi toda la longitud del
camino a Santiago del Campo, con las separaciones de trazado impuestas por
defectos del trazado horizontal o vertical del camino viejo, así como por la
necesidad de cruzar los cursos de agua en el sitio más conveniente para la
buena ubicación de la obra.
Además, la memoria de la obra
reseñaba que, en el año de 1929, Hinojal tenía 1.853 habitantes y que producía
cereales, ganado vacuno, cerda, lanar y cabrío. Y Santiago del Campo que tenía
una economía similar poseía solo 1.314 habitantes.
Y algunas curiosidades técnicas: El
terreno es llano, incluso habla de una recta de 1.257 metros. La pendiente
máxima era de 5,9 %, rasante obligada por la buena ubicación del puente del
Arroyo de Talaván. La anchura del nuevo camino era de 5 metros. Y además tenía
9 postes kilométricos, 81 de hectómetros, 6 salvacunetas y 12 postes
guardarruedas.
El presupuesto total de la obra fue
de 137.891, 13 pesetas, que al cambio actual del euro es de unos 825 euros
(¡vamos, un regalo 92 años después!) Claro que el costo de los jornales eran
los siguientes: Un cantero, 7,50 pesetas al día; un oficial de cantero 5,50; un
albañil, 6,00 y un peón de albañil, 3,25. Cobraba más un barrenero, que eran 4
pesetas diarias, pero sin duda el que más percibía era un carpintero, 8 pesetas
y su ayudante, 6,50. El herrero también cobraba 8 pesetas. Como no había
camiones, los servicios de una carreta era de 20 pesetas diarias y un volquete
o carro 12,50. Todo el presupuesto fue pagado por el Servicio de Vías y Obras
de la Diputación de Cáceres; de hecho, este tramo de carretera provincial sigue
dependiendo, a día de hoy, de la Diputación.
El camino a Santiago debería estar
terminado, según determinaba el Real Decreto de 29 de septiembre de 1926, en
ocho meses; es decir, que su inauguración estaba prevista para mayo de 1930.
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