La esquela de Gerardo Jaime Núñez
Gerardo era un hombre muy conocido en la sociedad
madrileña de su época, de ahí que era costumbre divulgar su muerte y funeral a través
de una esquela publicada en las páginas del diario ABC el 16 de marzo de 1966,
un día después de su fallecimiento.
El texto de su esquela decía lo siguiente:
El señor don Gerardo
Jaime Núñez Clemente falleció en Madrid el día 15 de marzo de 1966 habiendo
recibido los Santos Sacramentos y la bendición de Su Santidad R.I.P.
Sus hijos María del
Pilar, Gerardo, Avelino, Luis y Juan; hijos políticos Enrique Sánchez Sáez,
Avelina Moreno Rivas, María del Prado Jiménez Moreno, Julia Teresa Castillo
Quílez y Josefina Sevilla Marcos; hermana política, Rosario Meléndez Marchena
(viuda de Núñez); nietos, sobrinos y demás familia y la señorita Paquita Moreno
Orellana ruegan una oración por su alma.
El funeral que se celebrará
el viernes, día 18, a las doce de la mañana, en la iglesia parroquial de Santa Teresa
y Santa Isabel, y el rosario que se rezará a partir de hoy , día 16, a las ocho
y media de la tarde, en la Capilla del Perpetuo Socorro, de dicha parroquia, serán
aplicados por su eterno descanso.
Hay que informar que la señorita Paquita Moreno era su
asistenta en la casa en la que habitaba Gerardo, que estaba en la calle Juan de
Austria, en el barrio de Chamberí, por lo que esta era su parroquia. Gerardo
Núñez está enterrado en la Sacramental de San Isidro de Madrid, junto a su
hijo, también de nombre Gerardo.
El templo da nombre a la estación del metro Iglesia que
hay en la plaza de Joaquín Sorolla. El edificio se levantó a mediados del siglo
XIX por sugerencia de los propios vecinos de esta, por entonces nueva barriada
de Chamberí. A su construcción ayudaron obreros de la zona, así como los feligreses
de la nueva parroquia, el arzobispado de Toledo y hasta de la propia reina Isabel
II. El edificio es obra del arquitecto Aguilar y se levantó entre 1842 y 1856.
Durante la Guerra Civil fue totalmente destruido perdiéndose todas las riquezas
religiosas que había en su interior, teniéndose que ser reconstruido
posteriormente.
Su necrológica fue publicada en el Boletín de la Asociación
Nacional de Bibliotecarios, Archiveros y Arqueólogos número 51 correspondiente
al año 1966 y en el Boletín de la Dirección General de Archivos y Bibliotecas
de 1967.
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