LOS PRIMEROS AÑOS DE HINOJAL

 


 


  

            Uno quiere saber cómo comenzó este pueblo de Hinojal. Hay restos arqueológicos que serán necesarios estudiar en profundidad, pero también hay cierta documentación histórica y esto es lo que vamos a divulgar en esta crónica hinojaliega.

 



 

            Recientemente recibí el libro titulado “Tesoros arqueológicos de Garrovillas de Alconétar”, de Santiago Molano Caballero y José Antonio Ramos Rubio, cronista de la ciudad de Trujillo y editado por la Asociación Cultural Alconétar.

  

            La obra trata diversos temas, entre ellos el marco histórico - geográfico, la arqueología en el territorio de Garrovillas de Alconétar, berrocales y piedras sagradas, romanos en tierras de Garrovilla, los visigodos en la zona de Alconétar, los árabes, Alconétar y los templarios.

  

        Ese es el caso de nuestro pueblo, que siempre ha sido tutelado por el cercano pueblo de Garrovillas de Alconétar, al que los condes de Alba y Aliste lo consideraron como la capital de su territorio y donde tenían su palacio, hoy reconvertido en una lujosa hospedería de turismo, en la Plaza Mayor. Cuando yo era joven tuve el gusto de acompañar a mi padre a visitar este palacio, reconvertido por entonces en una casa grande de pueblo.

 

 

            Y transcribo de la introducción del libro el siguiente texto: En el año 1183 los templarios habían perdido la plaza de Alconétar, con la llegada del musulmán Abu Yaqub, caudillo y jefe de los muslimes. Estuvieron en la zona de Alconétar hasta 1213 cuando sería reconquistada definitivamente por el rey Alfonso IX de León y este se lo devolvió a los templarios. En 1217dada en Toro (Zamora) el rey Alfonso IX dona al maestre Martín Fernández del Castillo la villa de Alcántara con sus pertenencias y todos sus derechos: Portazgos, molinos, pesquerías, zonas de pasto y con todo el señorío. Los términos limitan con Portugal, Coria, Alconétar y con los sarracenos. Nombraron como capital de la comarca a Alconétar sumando los pueblos de los alrededores: Garrovillas, Hinojal, Cañaveral, Portezuelo, Talaván y Monroy, llegando a tener (los templarios) en varios de estos, como en Garrovillas, grandes mansiones destinadas a cárceles y cuarteles para la Orden”.

  

            De aquí se concluye que en el año de 1217 ya existía una población en la aldea de Hinojal.

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